
Nunca haga caso a las personas que lo llaman por la calle
Seguridad en la ciudad: qué debe saber si viaja desde el interior para hacer compras mayoristas
Si estás organizando un viaje a la ciudad para realizar compras mayoristas, ya sea para tu emprendimiento, negocio o primera inversión, hay un aspecto fundamental que no podés pasar por alto: tu seguridad personal. Moverte por zonas comerciales de alto tránsito como Once, Flores o Avellaneda requiere no solo planificación en lo comercial, sino también una mentalidad atenta ante posibles engaños y estafas.
Uno de los errores más comunes que cometen quienes vienen del interior es prestar atención o detenerse ante personas desconocidas que los llaman por la calle. Y eso, en un entorno urbano, puede marcar la diferencia entre un viaje exitoso y una muy mala experiencia.
Nunca respondas a llamados de desconocidos: una regla básica para moverse en zonas mayoristas
Cuando alguien te llama por la calle y vos no lo conocés, desconfiá de inmediato. En una ciudad como Buenos Aires, y más aún en zonas comerciales donde miles de personas circulan diariamente, nadie detiene a un desconocido sin tener algo que ganar. Si una persona se acerca con demasiada simpatía, ofreciendo ayuda, consejos, descuentos increíbles o mostrándote productos demasiado buenos para ser ciertos, es casi seguro que está buscando aprovecharse de tu confianza o de tu inexperiencia.
No es raro que los oportunistas urbanos usen frases como “amigo, vení que te muestro algo” o “mirá lo que tengo para vos, es justo lo que necesitás”, intentando generar urgencia o empatía. Pero todo ese discurso está cuidadosamente diseñado para que vos bajes la guardia. En la mayoría de los casos, la historia termina mal para el visitante: pérdida de dinero, tiempo o incluso situaciones más peligrosas.
La lógica es simple: si alguien te detiene sin que vos lo hayas buscado, es porque quiere algo de vos. Y en una ciudad grande, eso nunca es gratis.
Por qué es más fácil engañar a quien viene del interior: lo que todo comprador debe saber
Muchos vendedores ambulantes, estafadores o personas que merodean zonas mayoristas tienen un “ojo entrenado” para identificar a los que vienen del interior. ¿Por qué? Porque es fácil notar cuando alguien no está familiarizado con la dinámica de la ciudad: el lenguaje corporal, el ritmo al caminar, la forma de vestir, o simplemente la forma de mirar todo a tu alrededor con curiosidad.
Y no hay nada malo en eso. Pero ser consciente de esa diferencia es clave para no quedar expuesto. Ellos saben que, muchas veces, el visitante llega con poco conocimiento del lugar, con nerviosismo, y con el apuro de resolver todas sus compras en un solo día. Esa combinación puede jugarte en contra si bajás la guardia.
Además, cuando uno responde a un llamado en la calle, está revelando que no conoce bien la ciudad. Eso te expone como alguien fuera de su ambiente, alejado de su entorno habitual y, por lo tanto, más manipulable.
La mejor actitud es moverse con seguridad, evitar contacto con desconocidos, y tener bien claros tus objetivos: llegar, comprar lo necesario, y regresar con tranquilidad y tus productos en regla.